Apocalipsis 17, 4: “La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata,
y adornada de oro y piedras preciosas y perlas y tenía en su mano una
copa de oro, llena de abominaciones y de las impurezas de su
fornicación."
Ninguno
de los puntos que siguen son necesarios para demostrar que la "iglesia" romana y sus papas no son cristianos verdaderos. La evidencia doctrinal
cubierta en este artículo lo demuestra en detalle.
Sin embargo, los puntos que siguen son interesantes y esclarecedores,
ya que ayudan a explicar con más detalle por qué esta crisis
catastrófica está ocurriendo y qué hacer con ella.
Apocalipsis 17, 1: “Vino uno de los siete ángeles que
tenían las siete copas, y habló conmigo y me dijo:o Ven, te mostraré el
juicio de la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas…”.
Los capítulos 17 y 18 del Apocalipsis hacen sorprendentes profecías
acerca de la “gran ramera” o la “ramera de Babilonia” que surgirá en los
últimos días desde la ciudad de las siete colinas. Roma fue construida
sobre siete colinas. Es por esto que a lo largo de la historia Roma ha
sido identificada como la ciudad de las siete colinas mencionadas en el
Apocalipsis.
Lo que describe a la ramera de Babilonia, es una esposa falsa —
una falsa iglesia—
que surgirá con el Gran Cisma con el fin de engañar a los cristianos en Occidente, hollando la fe y cometiendo fornicación
espiritual.
1. La ramera se sienta sobre muchas aguas
Como ya hemos visto, la gran ramera se sienta sobre muchas aguas. El
Apocalipsis nos da una pista de lo que son estas muchas aguas.
Apocalipsis 17, 15: “Y me dijo: Las aguas que ves, sobre las cuales está sentada la ramera, son los pueblos, las muchedumbres, las naciones y las lenguas."
“Pueblos, naciones y lenguas” son indicativos de la influencia
global, algo que tiene influencia en todos los confines de la tierra.
Inmediatamente se vienen a la mente Roma y la
Iglesia Católica Romana. La iglesia romana ha incorporado fieles de todos
los pueblos, naciones y lenguas.
Papa Pío XII, Fidei donum # 46, 21 de abril de 1957: “Ahora bien, nuestra santa Madre la Iglesia es de hecho la Madre de todas las naciones, de todos los pueblos, así como de las personas individuales…”
Y
puesto que Roma es la "sede de la Iglesia universal" según los heterodoxos,
si
Roma pasara a manos de un papa apóstata que impone una nueva religión,
entonces influiría en casi todos los pueblos, naciones y lenguas con su
infidelidad espiritual (Debido a la herejía romanista de la "infalibilidad papal"). Es por eso que la ramera se sienta
sobre los pueblos, naciones y lenguas. De hecho, el Concilio de Trento
confirma (que las aguas sobre las que
se sienta la ramera se conectan con la extensión casi universal que en
los últimos días tendría la
iglesia romana si un papa o una serie de papas apóstatas usurpan con éxito la Sede de Roma) con alarmante especificidad.
Pío IV, Concilio de Trento, sesión 22, sobre el
santo sacrificio de la misa: “Avisa seguidamente el Concilio que
la Iglesia (romana) ha preceptuado a sus sacerdotes que mezclan agua en el vino
en el cáliz que debe ser ofrecido, ora porque así se cree haberlo hecho
Cristo Señor, ora también porque de su costado salió agua juntamente con
sangre, misterio que se recuerda con esta mixtión. Y como en el Apocalipsis del bienaventurado Juan los pueblos son llamados aguas [Apoc. 17, 1 y 15], así se representa la unión del mismo pueblo fiel con su cabeza Cristo."
Nótese que el Concilio de Trento declara que las aguas
de Apoc. 17:1,15 representan la unión de los fieles con Cristo, es
decir, a la Iglesia Católica.
¡La gran ramera se sienta sobre las aguas!
Por lo tanto, es de la fe católica que la gran ramera se sienta sobre
la Iglesia Católica, es decir, ella intenta hacerse pasar por ella.
Esta
es una descripción perfecta de la falsa Iglesia, la Secta de
Hildebrando, que surgió en el Siglo XI, con el Gran Cisma, que ha engañado con éxito a la mayor parte del mundo haciéndolo creer que es la verdadera Iglesia Católica.
Entender que las “aguas” del Apocalipsis representan a los pueblos,
naciones y lenguas de la iglesia romana, es la clave para entender
otros importantes versículos de ese libro. Por ejemplo, Apoc. 18, 17
habla acerca de cómo los capitanes y marineros clamaban por la
destrucción de la ciudad.
Apocalipsis 18, 17: “Todo piloto y navegante, los marineros y cuantos bregan en el mar se detuvieron a lo lejos, y clamaron al contemplar el humo de su incendio y dijeron: ¿Qué había semejante a la ciudad grade?”.
Los capitanes, marineros y los que trabajan en el mar representan los
que trabajan con las almas en la Iglesia Católica, es decir, los
sacerdotes, religiosos, etc. Ellos lloran por la desolación de Roma y se
preguntan cómo se ha derrumbado en tan poco tiempo.
2. La ramera se sienta sobre la ciudad de las siete colinas
Apocalipsis 17, 9: “Aquí está el sentido que encierra la sabiduría. Las siete cabezas son las
siete colinas sobre las cuales está sentada la mujer, y son siete reyes”.
Como se ha dicho ya, Roma fue construida sobre siete colinas. Dado
que la gran ramera se sienta sobre la ciudad de las siete colinas, la
gran ramera se sienta sobre la misma Roma – el centro de unidad en la
Iglesia Católica y el hogar de los Romanos Pontífices.
Benedicto XIV, Apostolica constitutio # 4, 26 de junio de 1749: “…la Iglesia Católica (romanista) se identifica con la ciudad Roma solamente, en la que la presencia corporal de este apóstol [Pedro] es cuidadosamente reverenciada…”
Es interesante que Roma sólo da paso a la gran ramera en los últimos días,
es decir, después del Siglo XI. Esta es la razón
por la que la ramera sólo se menciona en el libro del Apocalipsis. Y
esta es la razón por la que la Sagrada Escritura habla de la “caída” de
Babilonia.
Apocalipsis 18, 2: “Gritó con poderosa voz, diciendo: Cayó, cayó la gran Babilonia, y quedó convertida en morada de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y abominación”.
Babilonia ha sido históricamente considerada como un nombre clave para Roma.
1 Pedro 5, 13: “Os saluda la iglesia de Babilonia, partícipe de vuestra elección, y Marcos, mi hijo”.
Los eruditos bíblicos entienden que San Pedro escribió esta epístola
desde Roma, que él llama “Babilonia”. Por lo tanto, Roma es Babilonia y
Babilonia ha caído.
Apocalipsis 17, 18: “La mujer que has visto es aquella ciudad grande que tiene la soberanía sobre todos los reyes de la tierra”.
Algunos podrían preguntar: “Si Roma es la ‘gran ciudad’, ¿por qué
Apocalipsis 11, 8 dice que la gran ciudad es el lugar donde fue
crucificado el Señor, que es Jerusalén?”. La respuesta es que en
realidad no dice eso:
Apocalipsis 11, 8: “Sus cuerpos [el de los dos testigos] yacerán en la plaza de la gran ciudad, que espiritualmente se llama Sodoma y Egipto, donde su Señor fue crucificado."
Nótese que, al contrario de lo que algunos han afirmado, el
Apocalipsis no indica claramente que los dos testigos (que algunos creen
describen a Pedro y Pablo) son asesinados en la ciudad donde fue
crucificado el Señor. Nótese que podría muy bien significar que la gran
ciudad
es llamada Sodoma y Egipto, donde su Señor fue crucificado.
En otras palabras, la gran ciudad, Roma, se denomina como “Sodoma” y
“Egipto” tan lejos como Jerusalén (donde su Señor fue crucificado)
debido a sus inmoralidades. Esto tiene sentido si tenemos en cuenta que
Roma era famosa por su corrupción. Por lo tanto, este pasaje no prueba
con claridad, como algunos han sugerido, que Jerusalén deba ser la gran
ciudad.
Otra consideración es que en el presente el cuerpo místico de Cristo
está siendo crucificado en y desde Roma, de manera que en ese sentido
también sería exacto decir que Roma es el lugar donde el Señor es
crucificado en su cuerpo místico.
La gran ciudad es Roma. Históricamente, ninguna otra ciudad ha
gobernado sobre los reyes de la tierra al igual que Roma, que tiene una
primacía espiritual y eclesiástica a la que todas las naciones deben
estar sometidas.
León XII, Quod hoc ineunte # 6, 24 de mayo de 1824: “Vamos
por tanto a esta santa Jerusalén, una ciudad sacerdotal y real que la
sede "sagrada de Pedro" la ha convertido en la capital del mundo, que verdaderamente gobierna más ampliamente por la religión divina que por la dominación terrenal”.
Y si quieran o no aceptarlo, todos los reyes de la tierra, todos los
seres humanos deben estar sujetos, según los heterodoxos, al poder espiritual de la Iglesia Papista, que se ejerce desde Roma.
Lea lo siguiente, ¡esta es la doctrina del Anticristo!
Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 de noviembre de 1302: “Ahora bien, someterse al Romano Pontífice, lo declaramos, lo decimos, definimos y pronunciamos como de toda necesidad de salvación para toda criatura humana”.
3. La ramera es una mujer
Apocalipsis 17, 6-7: “Vi a la mujer
embriagada con la sangre de los mártires de Jesús, y viéndola me
maravillé sobremanera. Díjome el ángel: ¿De qué te maravillas? Yo te
declararé el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva, que tiene siete cabezas y diez cuernos”.
Si
bien es cierto que la Ramera de Babilonia es la iglesia romana que
comenzó con la Gran Apostasía del Siglo XI, tendría sentido que esta
entidad apocalíptica sea descrita como una mujer, con el fin de
contrastarla con otra mujer —su antítesis— la Iglesia Ortodoxa.
4. La ramera es una madre
Apocalipsis 17, 5: “Sobre su frente llevaba escrito un nombre: Misterio: Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra”.
Los papistas siempre se han referido a la Iglesia como su madre.
Papa León XIII, Satis cognitum # 16, 29 de junio de 1896: “Amemos al Señor nuestro Dios, amemos su Iglesia, al Señor como nuestro Padre, a la Iglesia como nuestra Madre”.
Papa Pío XI, Mortalium animos # 11, 6 de enero de 1928:
“Porque, si, como ellos repiten, desean asociarse a Nos y a los
Nuestros, ¿Por qué no se apresuran a venir a la Iglesia, madre y maestra de todos los fieles de Cristo?”.
Papa Pío XII, Mystici corporis Christi # 66, 29 de junio de 1943: “Y, ciertamente, esta piadosa Madre brilla sin mancha alguna en los sacramentos, con los que engendra y alimenta a sus hijos; en la fe, que en todo tiempo conserva incontaminada…”
De hecho, a la Iglesia Romana se la llama específicamente “madre y
maestra” de todas las iglesias (es decir, todas las Iglesias
particulares en comunión con la "Iglesia Católica universal").
Papa León XIII, Exeunte iam anno # 2, 25 de diciembre de 1888: “… la Iglesia Romana, madre y maestra de todas las iglesias…”
Es
bastante obvio que el Apocalipsis describe a la ramera de
Babilonia como la “madre de las rameras” porque la apostasía se
apodera de Roma. Roma se ha convertido en la madre ramera en una casi
universal falsa Iglesia de los últimos días. Y esto lo vemos en acción:
la apostasía y la fornicación espiritual de la falsa Iglesia comienza
en Roma y después se extiende a todas las iglesias locales en la falsa
secta. Por ejemplo: el indiferentismo religioso practicado en Roma se
extendió al resto de la falsa Iglesia.
Por lo tanto, puesto que la
Iglesia verdadera es la madre amorosa, la
ramera es la madre de las fornicaciones. Y en cuanto la Iglesia es la
madre de todos los fieles cristianos, la ramera es la madre de
infieles de Cristo, es decir, de los que han abandonado la Iglesia y
aceptaron la nueva religión del Siglo XI.
5. La ramera está vestida de púrpura y grana
Apocalipsis 17, 4: “La mujer estaba vestida de púrpura y grana, y
adornada de oro y piedras preciosas y perlas, y tenía en su mano una
copa de oro, llena de abominaciones y de las impurezas de su
fornicación”.
Un cardenal viste una faja roja o escarlata y un obispo una faja púrpura
Apocalipsis 18, 16: “¡Ay, ay de la ciudad grande, que se vestía de lino, púrpura y grana y se adornaba de oro, piedras preciosas y perlas”.
Este es quizás uno de los versículos más reveladores en el
Apocalipsis. En la Iglesia Romana, los obispos visten de púrpura y los
cardenales visten de grana (rojo).
Al elegir para describir a la ramera de Babilonia como una mujer “vestida de lino, de púrpura y grana”, Dios nos está dando una
clara indicación de que la ramera
se viste
con los colores del episcopado papista y cardenalato. Dios nos está
dando una clara indicación de que la ramera se viste de estos colores.
Esta es una descripción perfecta de la apóstata iglesia romana, la
falsa Iglesia del final de los tiempos, que se viste con los
colores del Papismo.
6. La ramera tiene una copa de oro en su mano
Apocalipsis 17, 4: “La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro y piedras preciosas y perlas y tenía en su mano una copa de oro, llena de abominaciones y de las impurezas de su fornicación."
En
la iglesia romana los sacerdotes tienen que usar, si fuere
posible, un cáliz de oro para celebrar la misa.
No es coincidencia que la ramera tenga un cáliz de oro en su mano. La
ramera, como de costumbre, imita actúa y pretende ser la Iglesia
verdadera, pero no lo es. Un sacerdote ortodoxo ofrece el cáliz de oro
con la preciosísima sangre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
La ramera ofrece una copa (cáliz), llena de abominaciones y de inmundicia – el vino invalido de la misa romanista.
En
particular, este versículo se refiere a la misa romanista, que no
contiene la sangre de Jesucristo, sino una ofrenda que es una
abominación a la vista de Dios.
Apocalipsis 18, 6: “Dadle según lo que ella dio, y dadle el doble de sus obras; en la copa que ella mezcló mezcladle al doble”.
En la misa romana, se mezcla el agua con el vino en el cáliz.
Eugenio IV, Exultate Deo, Concilio de
Florencia, sesión 8, 22 de noviembre de 1439: “Dice, en efecto, el
bienaventurado papa Alejandro, quinto sucesor del bienaventurado Pedro:
‘En las oblaciones de los misterios que se ofrecen al Señor dentro de la
celebración de la misa, deben ofrecerse en sacrificio solamente pan y vino mezclado con agua.
Porque no debe ofrecerse para el cáliz del Señor, ni vino solo ni agua
sola, sino uno y otra mezclados, puesto que uno y otra, esto es, sangre y
agua, se lee haber brotado del costado de Cristo’. Ya también, porque conviene para sacrificar el efecto de este sacramento, que es la unión del pueblo cristiano con Cristo.
El agua, efectivamente, significa al pueblo, según el pasaje del
Apocalipsis: Las muchas aguas… son los muchos pueblos [Apoc. 17, 15]…
Luego, cuando en el cáliz se mezcla el agua y el vino, el pueblo se une con Cristo y la plebe de los creyentes se junta y estrecha con Aquel en quien cree’”.
El simbolismo de Apocalipsis 18, 6 —mezcla en una copa— no puede ser más obvia sin dar a conocer el misterio del versículo.
Es una obvia referencia a la misa, que ha sido completamente pervertida
por la ramera. Ella no tiene nada que ofrecer a Dios en su copa, sino
inmundicia y abominación (Apoc. 17, 4). Por otra parte, este versículo
(18, 6) apunta a un punto específico en la misa, la mezcla de vino y
agua. Esta acción de mezclarlos significa la unión del pueblo cristiano
con Cristo, como lo define Eugenio IV en
el Concilio de Florencia. Como hemos visto, este es el preciso
significado que se ha eliminado de la consagración de la nueva misa,
haciéndola inválida.
En un mismo versículo, por lo tanto, Dios revela que la ramera
realiza una masiva fornicación espiritual en áreas que hacen referencia a
la misa y la Iglesia Romana en su conjunto. Se trata de una
asombrosa descripción de la secta vaticana del
fin de los tiempos.
7. La ramera se caracteriza por su fornicación
Apocalipsis 17, 1-2: “Ven, te mostraré el juicio de la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas, con quien han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se embriagaron con el vino de su fornicación.
Apocalipsis 18, 3: “Porque el vino de la cólera de su fornicación bebieron todas las naciones, y con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los comerciantes de toda la tierra con el poder de su lujo se enriquecieron."
Es simplemente un hecho que, cuando se utiliza el término fornicación
en la Sagrada Escritura, muchas veces describe la idolatría e
infidelidad espiritual.
Éxodo 34, 16: “Ni tomes a sus hijas para tus hijos, y sus hijas, al prostituirse ante sus dioses, arrastren a tus hijos a prostituirse también ellos ante sus dioses”.
Jueces 2, 17: “Se prostituyeron, yéndose detrás de los dioses extraños, y
los adoraron, apartándose bien pronto del camino que habían seguido sus
padres, obedeciendo a los preceptos del Señor: no hicieron ellos así."
Se podrían dar muchos otros pasajes para demostrar que la Escritura
describe la infidelidad espiritual y la idolatría como fornicación y
prostitución. Cuando una “gran ramera” comete fornicación en todo el
mundo, se habla en este contexto, indicando claramente la apostasía de
la fe verdadera. Como hemos demostrado en este libro, la apostasía de la
verdadera fe y la aceptación de los falsos dioses/religiones idólatras
es exactamente lo que más caracteriza a la apóstata iglesia romana. Ella ha puesto a los “dioses”
demoníacos del panteón de las religiones del mundo a la par con el
verdadero Dios.
Esta fornicación cual comienza desde la Roma apóstata y sus papas
apóstatas (arriba) se ha extendido y asimilado en toda la Tierra (abajo), como
hemos demostrado.
La apostasía interreligiosa de la contra Iglesia se extiende desde Roma a las universidades, etc., como vemos aquí
La ramera de Babilonia es culpable de fornicación espiritual hasta el
punto de que esa es la acción que caracteriza su título – “la gran
ramera”. Por tal descripción, Dios está contrastando directamente la
ramera con la Iglesia verdadera; porque
la Iglesia es una mujer que se caracteriza por su fidelidad inquebrantable a su Esposo, Jesucristo.
Así como la ramera católica romana es conocida por su impureza, la Iglesia Católica Ortodoxa es conocida por su castidad.
Papa Siricio, carta a Hemerio, 10 de febrero de 385: “Y por eso quiso que la forma de la castidad de su Iglesia, de la que Él es su esposo, irradiara con esplendor, a fin de poderla hallar sin mancha ni arruga [Ef. 5, 17] como lo instituyó por su apóstol."
La Iglesia es “la Esposa inmaculada de Cristo”. La “gran ramera” no
representa sino la mayor burla de la Esposa inmaculada de Cristo en la
historia.
Papa Adriano I, Segundo Concilio de Nicea, 787: “… Cristo,
nuestro Dios, cuando tomó por Esposa a su Iglesia Católica, que no
tiene mancha ni arruga, prometió que cuidaría de ella y aseguró a sus
santos discípulos diciendo: Yo estoy con ustedes todos los días hasta la
consumación del mundo."
8. La ramera se ha separado de su esposo
Apocalipsis 18, 7: “Cuando se envaneció y entregó al lujo, dadle otro tanto de tormento y duelo. Ya que dijo en su corazón: Como reina estoy sentada, yo no soy viuda ni veré duelo jamás."
En otro increíble versículo, el Apocalipsis nos dice que la ramera
dice a sí misma: “Como reina estoy sentada, y no soy viuda”. Ella no es
una mujer viuda porque su (ex) Esposo no está muerto.
Apocalipsis 1, 17-18: “Así que la vi, caí a sus pies como
muerto; pero él puso su diestra sobre mí, diciendo: No temas; yo soy el
primero y el último, el viviente, que fui muerto y ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del infierno."
El Esposo de la Iglesia Ortodoxa es Jesucristo. La ramera, al ser
una falsa Iglesia que ha roto con la Iglesia Ortodoxa,
tuvo a Jesucristo como su Esposo hasta que se separó de Jesucristo
dejando sus tradiciones y enseñanzas. En lugar de ser una esposa fiel,
la ramera se ha convertido en su propia reina, que es feliz al imponer a
los demás su propia voluntad y gloria, sus propias enseñanzas y
religión.
A pesar que la ramera se ha separado de la Iglesia al
formar
su propia “Iglesia” y religión, la Esposa de Cristo —la Iglesia
Ortodoxa— siempre mantiene la unión con su Esposo, aunque la mayor parte
del mundo la haya dejado para unirse a la ramera.
9. La luz de la lámpara no alumbrará más en la ramera
Apocalipsis 18, 23: “La luz de la lámpara no lucirá más en ti; ni se oirá más la voz del esposo y de la esposa, porque tus comerciantes eran magnates de la tierra, porque con tus maleficios se han extraviado todas las naciones."
La “luz de la lámpara” es una referencia a la lámpara del santísimo que hay en las iglesias católicas.
Esta lámpara significa la presencia real de Cristo en la eucaristía.
Esta lámpara difícilmente se puede encontrar en las iglesias del
Vaticano II. En la mayoría de los casos, ha sido desplazada hacia una
nave lateral o en la parte posterior de la iglesia. Pero más que el
desplazamiento de la lámpara del santuario, Apocalipsis 18, 23 está
indicando que la presencia real de Cristo (la eucaristía válida) ya no
se encuentra en la iglesia romana.
“La voz del esposo y de la esposa” en Apocalipsis 18, 23 es una referencia a Cristo y su Iglesia.
Jesucristo es el Novio, y su
cuerpo místico, la Iglesia es su Esposa inmaculada. Cuando el
Apocalipsis hace referencia a la voz del esposo y la esposa, es otra
confirmación de que la ramera de Babilonia es la iglesia romana, que ha abandonado la enseñanza (o la voz) del Esposo
(Jesucristo) y de la Esposa (su Iglesia).
10. Todo el mundo está embriagado con el vino de su fornicación
Apocalipsis 18, 3: “Porque del vino de la cólera de su fornicación bebieron todas las naciones, y con ella fornicaron los reyes de la tierra”.
Apocalipsis 14, 8: “Un segundo ángel le siguió, diciendo: Cayó, cayó Babilonia la grande, que a todas las naciones dio a beber del vino del furor de su fornicación”.
Apocalipsis 16, 19: “Y la gran Babilonia fue recordada delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su cólera”.
Apocalipsis 17, 1-2: “Ven, te mostraré el juicio de la gran ramera
que está sentada sobre muchas aguas, con quien han fornicado los reyes
de la tierra, y los moradores de la tierra se embriagaron con el vino de su fornicación."
La ramera de Babilonia es condenada repetidamente por causa de
fornicación que tiene que ver con el vino. ¿Por qué? Como hemos
demostrado, es el cambio en la forma de la consagración del vino que
hace que la nueva misa romana inválida!
La razón por la que la ramera es condenada por el vino de las
fornicaciones se debe a los cambios invalidantes que se han hecho a LA
PARTE de las palabras de la consagración DEL VINO en la nueva misa romana. Estos cambios en la parte de la consagración del vino
invalidan ambas consagraciones. La iglesia papista ha realmente
“hecho que todas las naciones beban del vino del furor de su
fornicación” (Apoc. 14, 8).
11. La ramera se embriaga con la sangre de los santos y mártires
Apocalipsis 17, 6: “Vi a la mujer embriagarse con la sangre de los mártires de Jesús, y viendola me maravillé sobremanera”
Apocalipsis 18, 24: “Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos y de todos los degollados sobre la tierra."
Se puede decir que la ramera se embriaga de la sangre de los santos
en muchos niveles. El primero que viene a la mente es el ecumenismo como
es practicado por la iglesia romana. Es el esfuerzo para reunir a todas
las religiones como una sin conversión, en el respeto de todas las
religiones como siendo esencialmente iguales.
El
ecumenismo va directamente en contra de la verdad revelada de que
los dioses de las religiones no cristianas son demonios (Salmo 95, 5, 1
Cor 10, 20), y pone a Cristo al nivel de Lucifer. A lo largo de este
libro hemos expuesto el falso ecumenismo de la secta romana. La apóstata
iglesia romana considera a las falsas religiones más o menos
buenas y dignas de alabanza. Por lo tanto, se blasfema el recuerdo de
los santos y de los mártires cuya carne fue arrancada con ganchos de
hierro, sus cuerpos fueron entregados como alimento a los leones y sus
cabezas fueron cortadas porque se negaron a comprometer su fe ni un
ápice o decir que “todas las religiones son más o menos buenas y dignas
de elogio”. También se burla de todos los sacrificios de todos los
santos que dieron su vida al sacerdocio, a la vida religiosa, para la
obra misionera. Todo fue innecesario, según la secta vaticana.
Lo que también es interesante es que el Apocalipsis menciona que los mártires gritan desde debajo del altar.
Apocalipsis 6, 9: “Cuando abrió el quinto sello, vi
debajo del altar las almas de los que habian sido degollados por la
palabra de Dios y por el testimonio que guardaban. Clamaban a grandes
voces: ‘¿Hasta cuándo Señor, Santo, Verdadero, no juzgarás y vengarás nuestra sangre en los que moran sobre la tierra?’”.
La iglesia romana prescribe que los altares donde se oficia la
santa misa deben contener reliquias de mártires. Por lo tanto, tiene
todo el sentido que los mártires, cuyas vidas son objeto de burla por el
ecumenismo y el respaldo de la secta vaticana a las religiones
falsas, están clamando a gritos “debajo del altar”. Ellos están clamando
a gritos no sólo contra el ecumenismo interreligioso, que se burla de
sus vidas, sino también a las abominaciones litúrgicas que se producen
directamente sobre sus reliquias en la misa papista.
Apocalipsis 18, 20, Juicio de Dios sobre la ramera:
“Regocijate por ello, ¡oh cielo!, y los santos, y los apostoles y los
profetas, porque Dios ha juzgado nuestra causa contra ella-"
Conclusión sobre la ramera de Babilonia
Es evidente, que la apóstata iglesia romana es la
ramera de Babilonia profetizada en las Escrituras.
Apocalipsis 11, 2: “El atrio exterior del templo déjalo fuera y no lo midas, porque ha sido entregrado a las naciones, que hollarán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses”.
Cabe señalar que los “cuarenta y dos meses” (Apoc. 11, 2), los “mil
doscientos sesenta días” (Apoc. 12:6), y los “un tiempo, y dos tiempos, y
medio tiempo” (Apoc. 12, 14) y 3 y 1/2 años son considerados por
algunos estudiosos como un símbolo de un período de persecución.
Lucas 21, 34-35: “Estad atentos, no sea que se emboten
vuestros corazones por la crápula, la embriaguez y las preocupaciones de
la vida, y de repente venga sobre vosotros aquel día como un lazo; porque vendrá sobre todos los moradores de la tierra”.
El lazo sirve para atrapar a los animales. Ahora, si el lazo de los
últimos días consiste en una falsa Iglesia creada desde Roma, y
una invasión espiritual de la ciudad (Roma), entonces el “animal”
que el diablo está tratando de atrapar es el cristianismo.
Apocalipsis 18, 4-5: “
Oí otra voz del cielo que decía: Sal de ella, pueblo mío, para que no os contaminéis con sus pecados y para que no os alcance parte de sus plagas; porque sus pecados se amontonaron hasta llegar al cielo, y Dios se acordó de sus iniquidades."
Si los católicos romanos no rompen completamente con la gran ramera estas personas
pueden perder sus almas en el fuego eterno por blasfemar contra la Iglesia de
Cristo, que no tiene comunión con las obras de las tinieblas, que
no tiene parte con los no creyentes, y no mantiene amistad con la mujer
de la iniquidad. Aunque gran parte del mundo ha sido engullido por la
gran ramera, la Esposa inmaculada del Señor sigue existiendo en toda su
pureza, a pesar de que se haya reducido a un remanente. Esta mujer pura que representa el remanente de la
Iglesia Ortodoxa Verdadera en los últimos días.
Apocalipsis 12, 6: “La mujer huyó al desierto, en donde tenía un lugar preparado por Dios, para que allí la alimentasen durante mil doscientos sesenta días”.
Apocalipsis 12, 14: “Pero fuéronle dadas a la mujer dos alas de águila grande para que volase al desierto, a su lugar, donde es alimentada por un tiempo, y dos tiempos, y medio tiempo lejos de la vista de la serpiente”.
Debemos entrar en esta iglesia ortodoxa remanente en el desierto. Debemos mantener “la fe que les fue
dada a los santos” (Judas 1, 3), y acercarse a Dios mediante la lectura de la Santa Biblia y las oraciones a Dios.
Apocalipsis 12, 17: “Se enfureció el dragón contra la
mujer y se fue a hacer la guerra contra el resto de su descendencia,
contra los que guardan los preceptos de Dios y tienen el testimonio de
Jesús”.
Apocalipsis 12, 12: “Aquí está la paciencia de los santos, que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.
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ENGLISH VERSION: Rome is The Whore Profesied in the Apocalypse